A partir del año que viene, ya todos los films norteamericanos podrán competir en las dos categorías reinas, independientemente de la lengua en que se hayan rodado. Sin embargo, este año, como aún no se va a aplicar esta norma, tres films tan destacados como "La escafandra y la mariposa" de Julian Schnabel; "The kite runner", de Marc Foster; o "Lust, caution", de Ang Lee; sólo podrán optar a la nominación en la categoría de mejor película extranjera.
Los globos de Oro solventan un problema, y los Goya lo magnifican. La decisión de la Academia de no incluir en la ceremonia de los Goya los premios de las categorías de cortometrajes ha levantado una gran polémica. Los cortometrajistas nominados este año han decidido boicotear la posible cena previa a los Goya, en la que se pretende dar los premios de estas categorías. Según El País, "una cena -supuestamente de etiqueta- en la que no habrá lugar para las sorpresas, ya que los premiados en las tres categorías de los cortos -ficción, animación y documental- se conocerán días antes y no en el día elegido para la ceremonia, como se hace con los Goya. "Si me eligen a mí no pienso ir a recoger el premio", advirtió ayer a este periódico Arturo Ruiz, realizador de Paseo, uno de los cinco cortos de ficción candidatos. "No queremos canapés en ninguna cena", añade Ruiz. "Nos han robado el poco protagonismo del que podemos gozar. El único momento que teníamos era en la gala televisada de los Goya. Que la Academia nos explique las razones de tan injusta medida".
De la misma opinión es Lucina Gil, directora de El hombre feliz, nominada por primera vez en la categoría de mejor corto documental. "Soy partidaria de cualquier boicoteo. Es una falta de respeto hacia la gente que está empezando, que entiende además que el corto es un género más y no únicamente una forma de aprendizaje. Ahí están los ejemplos de cineastas de la talla de Víctor Erice y Abbas Kiarostami, que siguen realizando cortos".
Según fuentes de la Academia, es muy difícil dar marcha atrás en esta decisión, porque las bases anuales ya están aprobadas por la junta directiva, pero "nada es imposible". Más fácil sería cambiar esta medida con vistas al año próximo."
De la misma opinión es Lucina Gil, directora de El hombre feliz, nominada por primera vez en la categoría de mejor corto documental. "Soy partidaria de cualquier boicoteo. Es una falta de respeto hacia la gente que está empezando, que entiende además que el corto es un género más y no únicamente una forma de aprendizaje. Ahí están los ejemplos de cineastas de la talla de Víctor Erice y Abbas Kiarostami, que siguen realizando cortos".
Según fuentes de la Academia, es muy difícil dar marcha atrás en esta decisión, porque las bases anuales ya están aprobadas por la junta directiva, pero "nada es imposible". Más fácil sería cambiar esta medida con vistas al año próximo."
Una decisión poco acertada dada la gran calidad de nuestros cortos y demostrable con premios por todo el mundo y tres nominaciones en los últimos años en los Oscar: "7.35 de la mañana" (2005) y "Éramos pocos"y "Binta y la gran idea" (2007)
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