CRÍTICA DE "EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA"

51 años, 4 meses y 9 días de soledad

Nota: 3,5 (**)

¿Quién es capaz de dar un significado propio del amor? ¿Quién cree que de verdad lo ha sentido? ¿Qué es amor y qué es cariño? Y lo más importante, ¿cuánto dura el amor?
Dar respuesta a estas preguntas es casi tan complejo como adaptar esta brillantísima novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez. El mérito de Mike Newell está ahí: intentar llevar a la gran pantalla el universo personal del escritor premiado con el Nóbel. Es verdad que "El amor en los tiempos del cólera" no es una novela con un carácter fantástico tan alto como su gran novela "Cien de años de soledad", pero parece claro que, a pesar de eso, es muy difícil trasladar el universo maginario de García Márquez a la gran pantalla. Se había intentado en siete ocasiones anteriores ("El coronel no tiene quien le escriba", "Crónica de una muerte anunciada"...) y ninguna adaptación había resultado satisfactoria. Muy para desgracia nuestra, la obra de Newell tampoco logra el aprobado.
No lo logra porque desde la primera escena parecemos estar ante una obra estilizada, superficial e incluso falsificada. Nos cuesta desde el primer momento introducirnos en el universo mágico que se necesita para entender bien la historia que se cuenta. El encargado de llevar la adaptación ha sido Ronald Harwood, célebre adaptador de novelas en películas como "El Pianista" o más recientemente "The diving bell and the butterfly" (con nominación casi segura al Oscar por este trabajo este año). La adaptación en sí es muy correcta, pues recoge la esencia del libro y los aspectos claves de la misma, sin inventar en exceso y desvirtuar el trabajo del primer autor. Pero falla la traslación del guión a la celulosa. Parece que estamos asistiendo a una representación mediocre de una gran novela, con decorados muy cuidados y un vestuario más que correcto; pero no nos creemos la historia. No nos creemos la enfermedad de amor de Florentino Ariza, ni el amor de Fermina Daza por el escuálido pretendente. Todo surge como de la nada y transcurre sin un hilo, y más importante aún, sin un espacio que recoja todas las emociones. Durante dos horas asistimos a una conjugación de sentimientos que no encuentran reciprocidad, que se pierden en las escenas y que acaban siendo bonitas frases sin sentido: el pecado mayor que se le puede hacer a una novela de García Márquez.
Como causa de esa poca credibilidad ha de sumarse un trabajo de reparto ciertamente flojo. Javier Bardem se queda muy lejos de otras grandes interpretaciones como en "Mar adentro", "Los lunes al sol" o "Antes que anochezca". Parece a lo largo de la película no congeniar bien con su papel, no saber darle el mátiz concreto, y simplemente salva un trabajo absolutamente eclipsado por el de secundario en "No country for old men". Giovanna Mezzogiorno cae en los excesos y en la sobreactuación, al igual que Fernanda Montenegro (aunque muchos digan que está bien) y los españoles Unax Ugalde y Alicia Borrachero, que desaprovechan su oportunidad.
La actuación más sobresaliente es la de Catalina Sandino Moreno, que demuestra su gran talento cuatro años después de su nominación al Oscar por "María, llena eres de gracia". Unas intervenciones breves, pero muy intensas, que destacan sobre las del resto.
Una cuidada fotografía y una acertada música (además de la ya mencionada excelente dirección artística) son los puntos a favor de este film que se acaba perdiendo en su propuesta y que, como ya esperábamos, no es capaz de otorgarnos una definición del amor, porque ni siquiera lo sabe transmitir. Siempre nos quedarán las hermosas canciones de Shakira, que de amor también hablan y llegan más directas al corazón.