CRÍTICA DE "BEE MOVIE"

Nota: 4

Crítica elaborada por Néstor García (amigo del blog)
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"¡Todos debemos trabajar en la colmena! ¡Todos debemos trabajar en la colmena! “Pero mama, yo no quiero trabajar en la colmena” ¡Todos debemos trabajar en la colmena! ¡Y si cada uno no cumple con su parte, el sistema se vendrá abajo...! ¡Uy que miedo!"
Bee Movie (Steve Hickner y Simon J.Smith/Dreamworks) (y luego nos rebanamos la cabeza buscando originalidad en los títulos) es la historia de como una abeja (Jerry Seinfeld/Arturo Valls) tras graduarse, se da cuenta de que no quiere pasar viviendo día tras día en un mismo trabajo, rutinario y sin alicientes para él. Por ello, decide volar fuera de la colmena e inquebrantar una de las más importantes leyes de las abejas: “No hablar con humanos” (lo que supongo tendrá implícito el no echárselos como novias).
Lo que en un principio se tilda como una buena producción e inteligente al estilo de Hormigaz, acaba dando tanto miedo que un número sin par de espectadores debería salir enfadado del cine o directamente indiferente. Y es que la historia arranca bien, con ciertos gags de cierta gracia, bromas de estilo americano (que con más dificultad funcionarán aquí, véase el caso de Ray Liotta o Abeja “Larry King”) pero que termina convirtiéndose en una película alocada, sin ritmo (con mucho ritmo) y aburrida (mensajes aparte). Por ello, veamos en dos partes el funcionamiento del filme.
La primera parte comienza siendo divertida e inteligente: una sociedad en la que todos cumplen sumisos su tarea y parece que felices, descubre a un personaje que se atemoriza por el orden establecido y decide cambiarlo, tal vez no tanto a nivel general sino personal, ¿Les suena esto de algo? Él explora el exterior y se da cuenta de una gran injusticia: mientras las abejas trabajan infatigable y, tal vez, estúpidamente para crear la miel, los seres humanos se benefician especulando con ella, vendiendo un producto que ellos no han fabricado. Y vuelvo a preguntar ¿Les suena esto de algo?Esta juego de metáforas entre una ficción supuestamente irreal y una realidad supuestamente verídica es el que se presupone mejor punto de la película, pues enseña a niños y mayores que las cosas tal como son actualmente, tal vez, no sea de la mejor forma que podrían estar. A esto súmele un ritmo interesante y un desarrollo inteligente (con homenaje incluido a El graduado de Mike Nichols en la escena de la piscina, totalmente genial) y de lo edulcorado con el impacto atroz y estaríamos ante una buena película del género (como resultó ser Ratatouille).
Pero a diferencia de esta, su mensaje se trasforma y parece que con él, el resto de la película. Ya con la escena del juicio comienzan a verse la repetición de muchos tópicos pero aún así seguiremos sonriendo.
Pero llegó el triunfo de la revolución y con él una vida que para las abejas solo consistirá en rascarse los cojones y en disfrutar de los beneficios que su duro trabajo les ha dado a lo largo de más de 20.000 años (aspecto este, el de rascarse los cojones, que parece no factible para la idea que postulará el filme). Y claro, como todos sabemos, tumbarse a la bartola y disfrutar de una inmensa fortuna es algo que llega a cansar. Y claro, si los millonarios obreros dejasen de trabajar puede que la sociedad se fuese a pique. Y claro, si la sociedad se va a pique, los que ocupaban los puestos altos se verán obligados a trabajar. ¡Y claro, esto es inconcebible a la par que injusto!
Y aquí, por tanto, llega nuestra querida conclusión con un tufillo capítalo-fascistoide: si cada uno ocupa su trabajo de mierda y su vida de negro, se sentirá mucho más feliz, porque, por si alguien no lo sabe, el dinero no da la felicidad (aunque muchos postulan que si ayuda un poco a comprarla). Si se es abeja y se forma parte sumisa de la colmena todos seremos felices (sobretodo los que fabricamos la miel).
No es que hoy me halla levantado con el puño izquierdo empalmado, ni que la lucha siga y mucho menos que me haya dejado una barba como la del “alabado sea” Marx, simplemente que hay mensajes en películas infantiles que dan ganas de vomitar. Lo mejor es que dicho mensaje no cobra fuerza por el desarrollo estúpido y simplista que decide tomar la cinta.
Y es que llega un momento en que los personajes no terminan de cerrar sus relaciones, en que aparecen intervenciones de la nada y en que los clichés resultan raídos. Por ello, doy las gracias a que el mensaje de la película no cale gracias a ella misma. ¿Termina siendo un alegato en defensa del copyrigth? Vaya usted a saber.
Terminamos con las animaciones. Estas resultan excesivamente coloristas y el modelado de los personajes no es nada original (me da que Pixar y Dreamworks utilizan los mismos personajes con distintas vestimentas para todas sus películas). Sin embargo, cumple con su cometido y en ocasiones resulta de lo más bella.
Por cierto, no es por fastidiar ni llevar al eterno debate pero, ¿No son las avispas las de los trajes amarillo y negro? ¿Y no llevan dicha vestimenta las abejas de esta BEE Movie?
Bee Movie es un buen ejemplo de como echar una decente historia para niños y adultos a la basura. Que nadie busque a Seinfeld por ningún lado. Y como recordatorio para algunos, no es una película española sino americana (no es por afán populista lo reiterado de mis misivas morales sino que intento demostrar cierta tesis).
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